Nuestro corazón bombea la sangre rica en oxígeno y nutrientes a todos los tejidos del cuerpo. Mantiene la sangre del cuerpo en movimiento, lo que se conoce como la circulación sanguínea, para que pueda existir vida celular.
La circulación sanguínea se divide en: circulación mayor, en la cual el corazón conduce la sangre a todo el cuerpo y la circulación menor, la cual lleva la sangre a los pulmones, para que se llenen de oxígeno.
El corazón, es uno de los órganos más importantes, debemos cuidarlo ya que cualquiera de las partes que lo componen, pueden enfermar y ocasionar cuadros clínicos diversos, que a largo plazo pueden evolucionar hacia una insuficiencia cardíaca.
Un factor de riesgo muy importante es la alimentación inadecuada, alta en grasas saturadas y trans, azúcares simples y exceso de sodio. Esta alimentación puede generar enfermedades cardiovasculares, las cuales implican una acumulación excesiva de grasas en venas, arterías y en el torrente sanguíneo, causando colesterol ldl elevado, triglicéridos altos y colesterol total excesivo sobre los órganos internos del organismo.
Por lo tanto, se recomienda limitar la comida rápida, los productos ultra procesados como las harinas, dulces, snacks de bolsitas, gaseosas, jugos de cajita, pasteles o postres, cereales de caja, entre otros. Además, limitar las grasas saturadas a menos del 10% de las calorías diarias totales y no consumir más de 1500mg de sal. Se deben elegir carnes magras, evitar embutidos procesados, no incorporar margarinas o mantecas adicionales a la comida, evitar las frituras, aderezos y salsas blancas y limitar los lácteos enteros.
Por el contrario, se recomienda un consumo alto de grasas buenas como: aceite de oliva, aceite de canola, frutos secos, pescados, aguacate, mantequillas puras de semillas y chocolate oscuro. Dichas grasas, se conocen como monoinsaturadas y poliinsaturadas.
La absorción de las grasas buenas para cuidar el corazón, se ve beneficiada si se tiene un consumo elevado de frutas y verduras de temporada, debido a la cantidad de fibra, minerales y vitaminas que poseen. Además de proteínas vegetales o animales magras que sean de alta calidad; cereales o carbohidratos con fibra, es decir que sean integrales e incorporar quesos, leche y yogur bajos en grasa.
Podemos cuidar del corazón desde la alimentación, si se planifican con anticipación las comidas y se crean menús diarios saludables. Además, se recomienda no saltarse ningún tiempo de comida, o realizar ejercicio sin ningún alimento en el cuerpo.
Se sugiere consumir pequeñas porciones, con una variedad diferente de nutrientes, que provienen de distintos grupos de alimentos. Se vale darse un gusto de vez en cuando, pero es importante consumir alimentos saludables la mayor parte del tiempo.
Recuerden que la alimentación saludable debe ser agradable, nutritiva y totalmente deliciosa. Seamos creativos para cuidarnos, ya que una nutrición personalizada es medicina preventiva.
Lcda. María José Bonilla / Nutricionista Clínica