En Guatemala, el recorrido obligatorio de escolarización empieza a los 4 años, y tiene por objetivo garantizar el derecho a la educación y promover la atención y el desarrollo integral de cada uno de los estudiantes; por lo que los establecimientos educativos tienen la responsabilidad y el deber legal de garantizar que los alumnos con diabetes no estén expuestos a riesgos evitables, construyendo un ambiente de apoyo para dar atención a las necesidades especiales que se podrían presentar durante el horario escolar, de tal manera  que cuando tenemos un hijo con diabetes  deberíamos solicitar: 

  • Que sean incluidos por completo en la vida escolar, para que alcancen su pleno potencial de aprendizaje, sin ser discriminados o quedar en desventaja en relación a sus pares.
  • El acceso del personal administrativo y educativo en contacto con ellos, a capacitaciones adecuadas relacionadas a la comprensión básica de la diabetes y las conductas a seguir en caso de emergencias (identificar y responder adecuadamente a los signos de niveles altos o bajos de glucosa).
  • Que el personal a su cargo, tenga la capacidad de supervisar o realizar tareas tales como el control de la glucosa en sangre y/o la administración de insulina de manera segura y competente, con base en el plan de control de la diabetes que presentará el equipo de salud a través de los padres. 
  • Comunicación continua entre el establecimiento educativo, los padres o encargados, equipo médico que atiende a nuestros hijos, y el mismo estudiante; para garantizar su seguridad.

Al estar sensibilizados sobre el tema, el personal educativo y administrativo comprenderá la necesidad de que el alumno o alumnos con diabetes:

  • Puedan utilizar la tecnología desarrollada para el manejo de la diabetes en el entorno escolar (monitores de glucosa, bombas de insulina, dispositivos móviles, etc.).
  • Tengan acceso a su equipo médico durante el tiempo de clases. 
  • Dispongan de alimentos para corregir hipoglicemias durante el horario académico o en actividades extracurriculares. 
  • Tengan permisos para realizarse controles de glucosa o administrar insulina bajo la supervisión del personal a cargo, en el entorno adecuado que el alumno escoja. 
  • Ocasionalmente se les conceda permiso para ir al baño, o tiempo extra para realizar algún examen o tarea.

Los padres, por su parte: 

  • Desarrollarán con el equipo de salud un plan de control, que compartirán con el establecimiento educativo, que incluiya:

a. Información clara sobre los horarios de control de la glucosa y administración de insulina mientras sus hijos estén en la escuela.

b. La necesidad de supervisión o apoyo en tareas tales como: mediciones de glucosa, o la aplicación de insulina.

c. Instrucciones sobre el almacenamiento de la insulina y el descarte de punzo cortantes de manera segura.  

  • Brindarán apoyo y compartirán con el personal encargado los ajustes o cambios que requieran realizarse al plan de control de la diabetes de su hijo. 

¡La aventura educativa del año 2024 está empezando, por lo que debemos prepararnos y disfrutarla!

Dra. Maya Serrano
Endocrinóloga Pediatra