n verano nos gusta estar al aire libre, explorar, divertirnos y descansar; tomar el sol, escaparnos a la playa, la montaña, el río, o un imponente lago; lo que definitivamente altera nuestra rutina, cambia la dieta, el ejercicio o el sueño y el plan de tratamiento de la diabetes mellitus (DM); pero lamentablemente ella, la diabetes, nos acompañará a cada destino que escojamos.

Los viajes, una forma de aventura popular, pueden poner a prueba nuestras habilidades físicas, conocimientos y capacidad de mantener la DM bajo control; ya que por lo general incluyen actividades en lugares remotos, donde la atención médica tiende a ser limitada, los cambios climáticos pueden presentarse de forma inesperada y la comunicación puede tornarse poco confiable; por lo que es muy importante planificar cada salida lo mejor posible, pensando en poder cubrir las necesidades de la diabetes en el peor de los escenarios.

CÓMO PUEDE AFECTARTE EL CALOR:

Tanto si te quedas en casa como si sales de viaje, el clima veraniego puede afectar tu DM si no tomas suficiente agua.  El calor obliga a tu cuerpo a refrescarse a través de la sudoración y si ésta es excesiva, puede asociarse a deshidratación; lo que eleva los niveles de glucosa, incrementando la cantidad de líquidos y sales perdidos también a través de la orina; por lo que es recomendable que además de beber suficientes líquidos, no pierdas de vista tu glucosa, midiéndola con más frecuencia y ajustando tus dosis de insulina de acuerdo a los resultados que obtengas. Otra cosa relevante es que la acción de la insulina puede potenciarse con el calor, ya que se absorbe más rápido; por lo que también debes estar preparado para corregir hipoglucemias, especialmente si te has mantenido muy activo.

ES RECOMENDABLE:

  • No olvidar la dieta en casa, mantente firme midiendo el tamaño de las porciones y contando carbohidratos.  Recuerda que las frutas y las verduras también pueden contribuir a tu hidratación debido a la cantidad de agua que contienen; pero trata de comerlas y de beber agua de forma segura, consumiendo alimentos bien preparados, sobre todo cocinados frescos, enlatados o embotellados y siempre lávate bien las manos. Las frutas y verduras son más confiables si las lavas y las pelas tú mismo. No compres alimentos en ventas ambulantes.

  • Procura mantener tus horarios de rutina en lo que respecta a comida, uso de medicamentos, controles de glucosa y horas de sueño, tomando en cuenta llevar contigo el doble de los insumos que requieres en días normales en casa.  Prepara un botiquín de emergencia, en el que no deben faltar también elementos para cuidar tu piel, como el protector solar (SPF15 o superior), repelente contra insectos, toallitas desinfectantes y alcohol en gel.

  • Cuida tus pies usando siempre sandalias o zapatos para agua, lo que evitará el riesgo de accidentes provocados por basura (latas, vidrios, etc.), así como conchas, corales y otros animales marinos.  También, debes revisar tus pies buscando cortaduras o lesiones, lavarlos diariamente, sin olvidar aplicar protector solar en el área expuesta al sol, y crema humectante en las partes que encuentres resecas.

  • Los suministros dedicados al cuidado de tu diabetes, tales como el glucómetro, las tiras reactivas, la insulina y algunas microinfusoras también pueden sufrir el impacto del calor, la humedad, la sal y la luz solar; por lo que debes mantenerlos a una temperatura estable, en un ambiente seco y protegidos, colocándolos rodeados de botellas de agua fresca en una hielera pequeña, impidiendo que los mismos tengan contacto con alimentos o agua.

  • No olvides llevar también contigo carbohidratos de rápida absorción (cajas tetrabrik de leche o Incaparina, jugo, azúcar o miel), así como semillas y alguna proteína para corregir o evitar hipoglucemias; ya que, al viajar podemos encontrar embotellamientos o accidentes que podrían impedir que mantengas tus horarios de comida e insulina.

¡Mantente activo, aléjate de las aglomeraciones y no dejes de disfrutar de tus vacaciones de verano!

Artículo por: Dra. Maya Serrano