DEJAR DE VIVIR

PARA PODER SOBREVIVIR

Jenny Schutt De Lou / Fitness Coach

Una frase muy fuerte pero muy cierta para las personas que vivimos con diabetes tipo 1. Esta frase como posiblemente para muchas personas, define la forma en la que he decidido llevar mi vida.

Bajo un régimen estricto y muchas veces privativo en cuanto a mi alimentación y a la vez lleno de mucha actividad física lo que me ha llevado a tener un control bastante bueno en mis niveles de azúcar y excelente salud.

Soy Jenny Schutt, fitness coach, viviendo con diabetes tipo 1.

Mucha gente realmente no tiene ni idea lo que significa vivir con diabetes tipo 1 y todo lo que involucra no tener una gota de insulina en el cuerpo. Y es que, por la poca información y falta de conocimiento la gente cree que todo se arregla “dejando de comer azúcar”…ojalá fuera así de fácil.

Desde mi diagnóstico en el 2018 en donde estuve cerca de entrar en un coma diabético y perder la vida, decidí que esto no sería un obstáculo para mi, sino más bien un reto y un compromiso a mantenerme lo más sana posible. Son muchos los factores que impactan nuestros niveles de azúcar y por eso es que se vuelve tan difícil lograr un buen control. Yo siempre he tenido un régimen de alimentación sano y un estilo de vida activo, y esto es vital para una persona con diabetes tipo 1. En este artículo quisiera explicarles la importancia y los beneficios que se obtienen de llevar una alimentación sana combinada con una vida activa.

El ejercicio y la alimentación definitivamente juegan un papel muy importante para las personas con diabetes tipo 1 que quieren comprometerse a un buen control. En cuanto a mi alimentación, soy bastante estricta, llevo una dieta baja en carbohidratos y jamás consumo  nada que tenga un índice glicémico alto (arroz, harinas, azúcar). Mi comida se basa en proteínas, verduras, carbohidratos con índice glicémico bajo (lentejas, garbanzos, frijol, arroz integral) y algunas frutas (manzana verde, fresas, moras y arándanos).

En cuanto al ejercicio, pues siendo fitness coach hago bastante, a veces tanto que tengo que modificar mi insulina para evitar hipoglicemias severas. Le dedico al ejercicio de 3 a 4 horas diarias y es increíble el impacto que esto tiene sobre la cantidad de insulina que uso y aquí viene lo interesante; por mi altura, constitución física y peso debería de usar alrededor de 45 unidades de insulina al día y por el ejercicio y la forma en que me alimento uso entre 20 y 25 unidades, ¡casi la mitad!, la razón de esto es que el ejercicio mejora la sensibilidad a la insulina pues el músculo la absorbe mejor y esto hace que se reduzcan las necesidades diarias de esta. Al llevar una alimentación baja en carbohidratos también es poca la cantidad de insulina que el cuerpo requiere para trasformar los carbohidratos en azúcares y luego utilizarlos como energía.

Para muchas personas puede ser desgastante vivir en un régimen tan estricto, pero para mi es más desgastante el descontrol y ver niveles elevados o muy bajos de azúcar, ya que los dos traen consecuencias severas como perder la vista, un riñón o hasta la vida. De cierta forma yo llevo una vida de “dejar de vivir para sobrevivir” viviendo de forma pausada, haciendo cálculos matemáticos en mi cabeza para lo que vaya a hacer y así dosificar la cantidad de insulina que requiero.

Puede ser agobiante por las exigencias que yo misma me pongo, pero tengo 3 razones que me empujan a buscar una vida lo más sana posible: la primera y la más importante soy yo, amo la vida y quiero vivirla al máximo así sea con una enfermedad crónica y sé que tengo la capacidad, las herramientas y la disciplina para hacerlo. La segunda son mis tres hijos, mi motor y mi razón de estar bien, tengo la obligación de cuidarme y darles el ejemplo que cuando uno quiere alcanzar algo, no hay excusa, ni enfermedad que valga para cumplir metas. La tercera razón, es mi esposo, quien ha vivido de cerca todo este proceso conmigo, como bajones severos en los que si él no se despierta hubiera perdido la vida, cambios de humor que le ha tocado aguantar, pero también hemos vivido lindas experiencias, momentos inolvidables que me dan la fuerza para seguir, así sea… ¡dejando de vivir para poder sobrevivir!