Los pacientes que padecen diabetes tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, enfermedades coronarias (corazón), sufrir ataques cardíacos y accidentes cerebro-vasculares. Las enfermedades cardiovasculares también afectan la circulación. La mala circulación empeora las complicaciones de las diabetes, como disminución de la visión y problemas de los pies. Por eso es tan importante cuidar el corazón cuando se tiene diabetes.

Cuando se tienen niveles altos de azúcar en la sangre, incluso levemente altos, los vasos sanguíneos empiezan a dañarse y conducen a complicaciones cardíacas. Esto se debe a que el cuerpo no puede utilizar este exceso de azúcar de forma adecuada y este exceso se adhiere a los glóbulos rojos (llamada “hemoglobina glicosilada”). La acumulación de azúcar en la sangre puede bloquear y dañar los pequeños vasos que llevan sangre al corazón, por lo cual éste no recibe adecuadamente el oxígeno y los nutrientes que necesita para funcionar. Mantener el nivel de hemoglobina glicosilada (HbA1C) lo más cerca posible de lo normal ayuda a proteger los vasos sanguíneos y el corazón.

Además del azúcar alto en la sangre, los vasos sanguíneos también se dañan por el colesterol alto; esta grasa se pega a las paredes de los vasos sanguíneos. Con el tiempo, esa grasa se endurece y se le denomina “placa”, la cual, por su dureza, puede estrechar los vasos sanguíneos y deja menos espacios para que fluya la sangre. Esto se llama arteriosclerosis y es la causa más común de ataque cardíaco.

Los vasos así endurecidos provocan presión arterial alta, o hipertensión. Esta presión alta se suma a los niveles altos de azúcar y colesterol, los cuales juntos, agreden aún más al sistema cardiovascular, afectando a otras partes del cuerpo, como las piernas y los pies, a esto se le llama enfermedad vascular periférica y es la causa de la neuropatía diabética; puede incluso llevar a la amputación.

El camino que debe seguir el paciente con diabetes, es controlar sus niveles de azúcar en la sangre, su presión arterial y sus niveles de colesterol. Se deben medir estos niveles con frecuencia, idealmente cada tres meses. Si el paciente controla estas tres cosas, ayudará a controlar su diabetes y se protegerá de complicaciones cardíacas. Recuerde que no basta con hacerse los análisis: al tener los resultados, debe presentarlos a su médico, quien los interpretará y le brindará instrucciones para su tratamiento.

Se puede reducir el riesgo de complicaciones cardiovasculares, enfermedad vascular periférica, ataques cardíacos, accidentes cerebro-vasculares e incluso amputaciones, siendo muy metódico y cumplir con lo siguiente:

  1. Medir por laboratorio: glicemia, hemoglobina glicosilada, colesterol con frecuencia, idealmente cada tres meses. Medición muy frecuente de presión arterial y además uso constante de su glucómetro. 
  2. Control frecuente y constante por su médico tratante.
  3. Mantener una dieta sana y equilibrada, indicada y controlada por nutricionista. Ser muy obediente de la misma. Controlar su peso, reducir la grasa abdominal.
  4. Ser activo: practicar ejercicio moderado diariamente y a lo largo de toda la vida. Recordar que el movimiento que hacemos por las tareas en casa o en el trabajo no cuenta como ejercicio: hay que dedicar un tiempo diario específico para ejercitarse.
  5. Tomar sus medicamentos tal como se los hayan recetado. Hay medicamentos para reducir sus niveles de azúcar, sus niveles de colesterol y mantener controlada su presión arterial.

Sea constante, metódico, obediente y convencido de que usted es el amo de su enfermedad,  no su esclavo.

Lic. Alejandro Armas / Psicólogo